Cómo funciona una bombilla: qué influye en su consumo y luminosidad
Añadido 2.9.2025 11:24.04
La bombilla es uno de los inventos que han cambiado el mundo. Llevó la luz a los hogares y a las calles y se convirtió en un símbolo del progreso técnico. Sin embargo, pocos saben que su invención no es tan clara: aunque Edison se ganó la fama, la primera bombilla funcional con filamento de carbono fue construida décadas antes por el británico Joseph Swan.
1) Joseph Swan en su laboratorio: inventor británico que ya en la década de 1870 fabricó una bombilla funcional con filamento de carbono.
2) Prototipo inicial de la bombilla de Swan (versión experimental).
3) Edison y Swan llegaron incluso a litigar por las patentes, pero finalmente llegaron a un acuerdo y fundaron la empresa conjunta «Ediswan».
4) Thomas A. Edison, que patentó la bombilla el 27 de enero de 1880 y logró ponerla en práctica.
Sin embargo, Edison tenía una ventaja fundamental: supo convertir su invento en un negocio real y crear toda una red de distribución. Swan inventó la bombilla antes, pero Edison la comercializó. Cuando comenzaron a litigar por las patentes, nadie esperaba lo que harían.
En lugar de seguir litigando, en 1883 simplemente se unieron y fundaron la empresa «Ediswan». Edison aportó su talento comercial y Swan sus conocimientos técnicos. Sus bombillas conjuntas iluminaron durante décadas los hogares de toda Europa y América.
Su historia es una hermosa prueba de que la competencia no tiene por qué significar una guerra: a veces basta con unir fuerzas y todos salen ganando.
Cómo funciona una bombilla
El principio de la bombilla sigue siendo sorprendentemente sencillo: basta con corriente eléctrica y un fino filamento de tungsteno para iluminar el espacio. En la ampolla, el filamento se calienta a una temperatura increíble de entre 2500 y 3000 °C y comienza a brillar. Pero aquí está el problema: el 95 % de la energía se convierte en calor y solo el 5 % restante en luz. En resumen, es una forma muy cara de calentar con un agradable efecto secundario.
Por eso, poco a poco han sido sustituidas por alternativas más económicas: halógenas, fluorescentes y, sobre todo, tecnología LED. Curiosamente, hoy en día vuelve el aspecto clásico en forma de bombillas LED de filamento. Parecen las buenas bombillas de siempre, con el filamento visible, pero en su interior funciona la moderna tecnología LED. Así se consigue una estética tradicional sin la sensación de estar calentando todo el barrio.
Tiempo de arranque e influencia de la temperatura
No todas las bombillas funcionan igual en todas las situaciones. Las bombillas clásicas se encienden inmediatamente a plena potencia, pero si se encienden y apagan con frecuencia, el filamento se desgasta por los cambios bruscos de temperatura y su vida útil se acorta. Las bombillas LED también se encienden inmediatamente y no les afecta el encendido y apagado frecuente, solo hay que tener cuidado con los lugares muy calientes, por encima de 40 °C, donde sí les puede afectar. Las bombillas fluorescentes tienen un inconveniente fundamental: necesitan varios minutos para encenderse. Por lo tanto, no son adecuadas para lugares donde solo se ilumina durante poco tiempo, como el trastero o el baño.
Difusión de la luz
Las bombillas clásicas tienen una gran ventaja: iluminan en todas direcciones como un pequeño sol. La luz se difunde uniformemente en todas direcciones desde el filamento, lo que crea una iluminación difusa natural. Por eso son ideales para las lámparas de cristal, donde cada rayo atraviesa los componentes de cristal y crea esos mágicos arcoíris y reflejos.
Las bombillas LED funcionan de otra manera: su luz se dirige más bien hacia delante en un ángulo de entre 30° y 120°, dependiendo de cómo estén diseñadas. Esto es ideal para la iluminación puntual, pero si desea iluminar toda la habitación de manera uniforme, las bombillas clásicas lo hacen de forma más natural.
Para obtener más información sobre qué es realmente la luz, cómo se propaga y qué formas tiene, consulte nuestro artículo 👉 Descubra los secretos de la luz.
1) Bombilla LED G9 2,6W: pequeña fuente de luz utilizada en modernas lámparas de cristal, que no altera su elegante línea.
2) Bombilla LED GU10 7W: bombilla direccional ideal para luminarias puntuales, que proporciona un cono de luz concentrado.
3) Bombilla LED Classic E14 4W: bombilla transparente tipo vela que se utiliza en lámparas clásicas y resalta el brillo de los adornos de cristal.
4) Bombilla LED de filamento: bombilla decorativa con filamento visible y tono ámbar, muy popular para crear un ambiente vintage.
Flujo luminoso: por qué los vatios ya no son suficientes
En las bombillas clásicas se aplicaba una regla sencilla: cuantos más vatios, más luz. Sin embargo, en el caso de los LED, esta comparación no funciona. La misma potencia no significa el mismo brillo, por lo que hoy en día utilizamos otra unidad de medida: el flujo luminoso, medido en lúmenes (lm).
Cómo calcular el flujo luminoso
El flujo luminoso depende de la eficiencia de la fuente de luz:
FLUJO LUMINOSO (lm) = POTENCIA (W) × EFICIENCIA (lm/W)
👉 Ejemplo práctico:
• Una bombilla clásica de 60W tiene una eficiencia de alrededor de 12 lm/W → 60 × 12 = aproximadamente 700 lúmenes.
• Una LED con una potencia de 8W y una eficiencia de 90 lm/W → 8 × 90 = 720 lúmenes.
¿El resultado? El LED consume aproximadamente ocho veces menos energía y, sin embargo, ilumina aún más que una bombilla clásica de 60W.
Cómo arreglárselas sin vatios
Para no perderse, basta con recordar unos pocos números:
• Una bombilla clásica de 40W = aproximadamente 400 lm → la sustituye un LED con una potencia de 4-5W.
• bombilla clásica de 60W = aproximadamente 700 lm → la sustituye un LED con una potencia de 8-10W,
• bombilla clásica de 100W = aproximadamente 1300 lm → la sustituye un LED con una potencia de 12-15W.
El color de la luz también es importante
Además del brillo, la temperatura del color, medida en kelvin (K), también juega un papel importante a la hora de elegir la iluminación. El blanco cálido (2700-3000 K) crea un ambiente acogedor para el salón, el blanco neutro (3500-4500 K) proporciona una luz natural para la cocina y el blanco frío (5000-6000 K) favorece la concentración en las oficinas. En pocas palabras: velas por la noche = blanco cálido, luz matutina en la cocina = neutro, día claro de verano = frío.
Por experiencia sabemos que las lámparas plateadas quedan mejor con luz fría y las doradas con luz cálida, ya que así resaltan tanto el material como el ambiente general. Por eso, a la hora de elegir una lámpara, tenga en cuenta en qué habitación la va a instalar y qué color de luz prefiere para ella.
Índice de reproducción cromática (CRI/Ra)
¡Un parámetro muy importante, pero a menudo ignorado! Indica la fidelidad con la que la luz reproduce los colores en comparación con la luz solar. Se mide de 0 a 100.
• CRI 80+ = buena calidad para el hogar
• CRI 90+ = excelente calidad para espacios en los que es importante la reproducción fiel de los colores
• CRI 95+ = calidad superior para estudios fotográficos, galerías
Para las lámparas de cristal, recomendamos un CRI mínimo de 90, para que los adornos de cristal tallado refracten correctamente la luz y creen hermosos reflejos espectrales.
Regulación de la intensidad y comodidad de la iluminación
¿Alguna vez le ha pasado que ha comprado un bonito regulador de intensidad, pero las bombillas simplemente no se pueden atenuar? No es un error de instalación, el problema es que no todas las bombillas se pueden regular. Las bombillas clásicas siempre lo permiten, pero en el caso de las LED hay que buscar la indicación «dimmable».
Y cuidado: un regulador antiguo diseñado para bombillas clásicas puede provocar un parpadeo o zumbido molesto con las LED.
Sin embargo, la función de regulación merece la pena. Por la mañana, una luz intensa para la rutina matutina; por la noche, un resplandor acogedor para relajarse. Las bombillas inteligentes te permiten controlar la iluminación a través del móvil o la voz. Puedes configurarlas para que se enciendan automáticamente cuando llegues a casa o se atenúen gradualmente antes de acostarte.
Pero cuidado con la calidad: las bombillas LED baratas a veces parpadean de forma imperceptible, lo que puede causar fatiga ocular. Las variantes de calidad controlan este parpadeo.
Conclusión
¿Quién hubiera pensado que una bombilla tan común podría ser tan interesante? Comenzamos con Edison y Swan, quienes decidieron cooperar en lugar de discutir, y aprendimos que la elección de una bombilla hoy en día es casi una ciencia en sí misma.
Pero en realidad no es tan complicado. ¿Quiere ahorrar? Compre LED. ¿Quiere crear un ambiente acogedor? Elija una luz cálida. ¿Tiene una bonita lámpara de cristal? Las bombillas transparentes son su mejor aliado. Y si no está seguro, sepa que dedicar un poco de tiempo a la elección merece la pena: no solo reducirá sus facturas de electricidad, sino que, sobre todo, conseguirá una luz con la que se sentirá como en casa.
¿Necesita asesoramiento sobre la luz adecuada para su lámpara? Estaremos encantados de ayudarle a elegir las bombillas que la convertirán en una verdadera joya de su hogar.
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